Watson, Crick y la Sra. Hoyles

Si esto fuera una película americana...

... Yo me llamaría Danny, y no Daniel. Viviría en una casa azul prefabricada, con un pequeño front yard con un buzón y un cubo de basura hecho de aluminio y un back yard mucho más grande, dónde hacer barbacoas a las que invitaría a mis vecinos, y en la que sus hijos jugarían con una pelota de american football (que no es rugby). Mi casa tendría un pequeño porche elevado del suelo por tres escaloncitos y de tamaño sufciente para que quepa un banquito blanco en el que leer por las tardes, cuando cae el sol. Tendría una doble puerta, la de fuera con cristal y la de dentro, con mosquitera, para poder abrir la de fuera durante los días de verano. 

Tendría dos labradores marrones, Watson y Crick, a los que sacaría a correr cada mañana, mientras hago footing antes de que salga el sol. Cuando llegase a casa les daría de beber y recogería el periódico que acaba de tirarme el hijo de los Williamson's desde su bicicleta. Me daría una ducha y me iría a trabajar en una oficina de correos, no sin antes pasar por cualquier cafetería con drive-thru para tomarme el café de camino al trabajo, que estaría a un cuarto de hora de mi casa. Al salir del trabajo, volvería a casa y saludaría a la Sra. Hoyles, la típica vecina ancianita, que está cogiendo los primeros rayos de sol desde su porche, mientras riega las plantas con una regadera verde.

Probablemente pasaría la tarde en el sótano haciendo cualquier tipo de trabajo manual, o arriba, en el jardín, arreglándolo ahora que está metida la primavera y las nevadas lo permiten. Antes de las 7 iría al centro a comprar "groceries" que me llevaría de la "grocerie store" en bolsas de papel, entraría en el coche (una pick-up, por supuesto) y volvería a casa para preparar la cena y ver algún tipo de serie. Pasarían las horas y tendría uno de estos días de insomnio que me dan a mi, por lo que cogería de nuevo el coche en busca de algún bar de carretera abierto las 24 horas, para tomarme un café caliente y un trozo de tarta que me serviría Arlene (ruego lo pronuncien Arlín en su cabeza), una camarera, que aunque no del todo guapa, si sería bastante atractiva e imponente... En realidad, creo que el insomnio sería una mera excusa para ir a verla cada noche. Arlene tardaría mucho tiempo en darse cuenta... quizá cuando ya fuese demasiado tarde.

Claro, todo esto pasaría si esto fuera una película americana.

PD: Culpo a las películas americanas de mis altas expectativas en cuanto a la vida.